La represión judicial contra Pablo Hasel y la policial contra el pueblo de Linares han sido solo el detonante de un conflicto social que ha ido cociéndose a la vez que la pandemia. Hemos salido a la calle a pelear contra la policía y las instituciones del Estado que son violentas e injustas por naturaleza, sumisas con los poderosos y soberbias e implacables con los de abajo.

Apoyamos la lucha social en las calles por muchas razones. Como dice un cartel anarquista que circula estos días, sobran los motivos para el combate en la calle. Puede que algunos lo hagan por Hasel. Nosotros lo hacemos contra la impunidad del poder político y económico, con su régimen inhumano de los CIES y las cárceles abarrotadas de pobres mientras los verdaderos delincuentes se lucran con la salud y el sufrimiento del pueblo (las empresas del Ibex 35 están obteniendo estos meses pingües beneficios mientras aumenta la desolación laboral).

Lo hacemos por la abolición de la autoridad y la violencia estructural y terrorista del Estado, que ahoga la libertad del que se sale un ápice del pensamiento único, que sustenta de manera nauseabunda e inmoral a través de los medios de comunicación al servicio de la burguesía más reaccionaria. Lo hacemos para denunciar el encarcelamiento de l@s que se atreven a cuestionar este sistema, sus multas y sanciones por reclamar derechos y alentar la protesta social. Lo hacemos para combatir la arbitrariedad del poder judicial, la tortura policial (nacional o nacionalista), el uso de armas reales para reprimir a l@s que reclaman justicia, las pelotas de goma y balas de foam que destrozan los ojos de la gente que reclama libertad.

Lo hacemos contra el racismo institucional y social, el patriarcado, la explotación laboral, el capitalismo salvaje que dirige al mundo hacia el colapso por su avaricia ilimitada y depredadora. Para denunciar la hipocresía de una izquierda que va de defensora de l@s trabajadores mientras protege los intereses del Capital y que, amparándose en falsas promesas de cambio desde las instituciones, lo único que busca es el poder y el acomodo económico.

Nuestra lucha la llevamos adelante porque el sistema en que nos obligan a vivir no nos gusta y queremos cambiarlo radicalmente de abajo a arriba, para construir una sociedad libre, justa e igualitaria. Esta nueva sociedad no se alienta desde los parlamentos, los partidos políticos, o los sindicatos reformistas. Se alienta desde la lucha social en la calle, con la autorganización, el apoyo mutuo, la solidaridad y la acción directa…

Este caldo de cultivo está provocando conatos de protestas en numerosos puntos de la Península que l@s anarquistas estamos apoyando y alentando. La lucha no es a favor de un rapero más o menos contestatario sino contra el Estado y las fuerzas represivas que impiden una sociedad armónica e igualitaria y favorecen los intereses de una minoría, la de nuestr@s opresores.

Decía Malatesta: “la base fundamental del método anarquista es la libertad y, por lo tanto, luchamos y lucharemos contra todo lo que viole la libertad (libertad igual para todos), cualquiera que sea el régimen dominante: monarquía, república u otros.» Por ello creemos que es el momento de luchar y alentar la revuelta social. Ya lo hicimos cuando estalló en Cataluña, y lo haremos ahora. Ni entonces defendimos al nacionalismo estatista catalanista, ni ahora a un rapero que se ha declarado estalinista y que no es precisamente amigo de l@s anarquistas y okupas al igual que aquell@s que amparándose en los disturbios están haciendo su agosto y que poco o nada tienen que ver con la lucha por la emancipación de la humanidad . Pero estaremos en todas las luchas, grandes y pequeñas, que contribuyan a crear un medio favorable a la revolución social, la justicia y la igualdad.

¡Guerra a las instituciones!

¡Muerte al Estado y al capital!

Grupo Higinio Carrocera (FAI) / Grupo Iraultza Soziala (FAI)