
Tras más de un año de conflicto abierto en Ucrania, las nefastas consecuencias del militarismo y la guerra no solo se hacen notar, sino que no paran de crecer. Somos los trabajadores quienes estamos pagando las consecuencias de este conflicto: tanto europeos, como ucranianos o rusos. A nivel social, al obligar a miles de personas a ser carne de cañón en la guerra, llevándoles a huir forzosamente y al desarraigo social. A nivel económico, el coste se está traduciendo actualmente en el incremento de los precios de la energía, de los bienes (principalmente los bienes básicos de consumo) y los servicios mientras que los sueldos permanecen estancados. Significa que los trabajadores vamos a pagar más por menos, que los poderes económicos van a estrujarnos más si cabe para que a ellos les afecte lo menos posible y que diversos poderes económicos incluso se vean beneficiados por el incremento de la inflación y el aumento de precios.
El principal beneficiado de la guerra es la industria militar. La exigencia por parte de la OTAN de una mayor financiación de la industria del armamento implica que las empresas, y empresarios y otros directivos pertenecientes directa o indirectamente a esta industria, ganen miles de millones de euros suministrando material bélico. A esto se suma el gasto militar de otros Estados beligerantes y alianzas militares.
La baja inversión en investigación científica que pueda destinarse a la erradicación de enfermedades, a la autogestión energética o a entender y proteger los ecosistemas del planeta se verá aún más mermada si cabe en favor del desarrollo de tecnología aplicada a la industria de la guerra y a su aplicación a los conflictos bélicos.
El aumento presupuestario del Estado para cumplir las expectativas de la alianza militar de la OTAN implica una menor inversión en el mantenimiento del «estado del bienestar», la disminución de derechos sociales y la aceleración del desmantelamiento de la sanidad y de otros servicios. Implica la elitización de estos servicios básicos, lo que beneficiará a los lobbies privados en detrimento de los trabajadores y hará que solo puedan acceder a los mejores servicios aquellos que se lo puedan permitir.
La elitización de los servicios básicos trae consigo el empobrecimiento, la precarización de los trabajadores, el aumento de la exclusión social y un significativo aumento de las desigualdades que ya se dan de por sí en las sociedades capitalistas.
El aumento del descontento social por la aceleración de las políticas neoliberales que exige la Unión Europea y que se ven impulsadas por la guerra en Ucrania lleva a que los Estados busquen herramientas jurídicas para aumentar la represión contra los trabajadores en general, como se está viendo en Francia con la lucha contra la subida de la edad de jubilación. No es de extrañar que el gobierno del PSOE y Unidas Podemos no se haya atrevido a derogar la famosa «ley mordaza» (Ley Orgánica 4/2015 de 30 de marzo, de protección de la seguridad ciudadana), dado que es una de tantas herramientas jurídicas que posee el Estado para atacar a organizaciones, colectivos y personas que están organizadas y realizan un trabajo político al margen de los partidos políticos parlamentaristas y otras organizaciones que sostienen la maquinaria de los poderes políticos y económicos capitalistas.
Los anarquistas abogamos por la desmilitarización y la disolución de los ejércitos. Creemos en la práctica de la solidaridad y el apoyo mutuo entre todos los trabajadores y su independencia política de partidos e instituciones parlamentarias. Trabajamos por una sociedad horizontal de libre federación de productores y consumidores basada en el trabajo asociado y cooperativo. Por ello denunciaremos las barbaridades que provocan las fronteras, los Estados, los poderes económicos y políticos, y las guerras que tanto les benefician.
Contra la industria de la guerra y de la muerte
Contra la paz social, por la solidaridad y el apoyo mutuo entre todos los trabajadores
Por la anarquía. ¡Viva el 1.º de Mayo!
Grupo Anarquista Tierra
Federación Anarquista Ibérica (FAI)

Haber comentado mí parecer, con más contenido humanista y emotivo considero que la información de ustedes es más al punto porque se plantean las razones implacablemente egoístas de porque existen las guerras, claro si hubiesen acuerdos sólidos de Paz se terminan muchos negocios millonarios que ni se les ocurre suspender, está firmemente establecido para el mal y padecimiento de tantos países en conflicto bélico, tal ves si se empieza a notar con más energía por el cese de estos grandes negocios porque más bien de eso se trata de base o subyace esa raíz,tal ves decía se logre algo para que hayan acuerdos de convivir pacíficamente.